jueves, 17 de junio de 2010

LA ERA VIRTULA ESPAÑOLA

   Primero fue nuestra economía y esa forma nuestra de vivir en un paraíso virtual, donde estar por encima de nuestras posibilidades era algo que no nos causaba ningún problema, pues cuando se acababa el crédito había quien nos volvía a llenar la cartera aunque el precio a pagar  fuese excesivo, pues nos creímos estar  subido  a ese carro de las grandes potencias siendo solo becarios de pacotilla, esos que necesitan ayuda hasta para estornudar, y además nos convertimos en empresarios sin conocimiento de causa, empresas a doquier y negocios a tutiplén, inflando los precios del mercado y negociando hasta con nuestra sombra, todo sin escuela, pues no era raro encontrar agricultores transformados en constructores de grandes proyectos si saber ni un ápice de empresas y mercado, fontaneros convertidos en arquitectos  y banqueros en  aves rapaces carroñeras, y todo este compendio de ilusiones virtuales,  hizo explotar esa burbuja, haciéndonos caer en ese espacio terrenal que nos corresponde, pero con una pequeña carga añadida, y es que ahora lo tenemos pantanosos y fangoso de no haberlo drenado y cuidado con el mimo que se merece, y es que esa es la idiosincrasia del españolito a la cual me uno, pues no fuimos capaz de ver más allá , fuera de los efectos etílico mentales que nos causaba nuestro éxtasis del bienestar social, y si no aprendimos con esta cura de humildad que tendremos que sufrir largo periodo, ahora nos dedicamos con nuestra selección de futbol a vender la piel del oso antes de cazarla, aunque algunos hagan chiste real con esta frase, lo cierto es que los encumbramos y ya no teníamos rival ni entidad que los frenase, ya se hacían preparativos para recibir a esa campeona del mundo en Sudáfrica, sacándolos de  la galaxia y  poniéndolos en el Olimpo de los Dioses, pero para nuestra desgracia ò quien sabe si cura de humildad oportuna, nos cruzamos con esa maquinaria suiza que supo medir su tiempo para hacer explotar nuevamente esa  viñeta soñadora en la cual nos habíamos vuelto a subir, y es que no hay dos sin tres tropezones para hacernos espabilar, esperando ese último no sea muy grave..

 

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