Cuentan que una noche oscura, pues no podría ser de otra
forma, cuando la niebla se resquebraja por el helor ciego e intenso que la abrazaba,
un grito desgarrador, silencio al resto del bosque, dando paso a unos llantos que ahogaron más aún si cabe aquel sigilo que ronroneaba en aquel
espeso paraje gallego, impregnando ya con su presencia las albas y
ocasos que se sucedieron en la siguiente década.
Recorría aquella criatura todas las oquedades
que la luz no penetraba, eludiendo su roce y ocultándose a la vista de los
incautos que lo visitaban, y aunque intuían
su gélida presencia, esta no era descubierta,
observando este con misterio aquellos intrusos ronronear en su territorio.
Dicen los más
antiguos del lugar que el nacimiento de esta criatura desterró de allí, cualquier otro ser vivo que antes cohabitaba
en aquel hermoso bosque, y que en las largas tardes de la primavera, los que
osaban acercarse por aquellos lares,
escuchaban a través del espeso follaje, los lamentos y suspiros de las meigas y
santa compaña intentando escapar.
Esto hizo de ese lugar,
un inhóspito territorio durante los tres lustros que este ser ejerció de inquilino, por lo que sus padres ante la presión
de los atemorizados lugareños, decidieron llevárselo a la urbe para integrarlo en
la sociedad.
Pasaron varias décadas
y la gente fue olvidando aquel tenebroso
ser, así como su sino, pues ni en los más
oscuros y secretos rincones se atrevían a recordarlo.
Como digo, pasó el
tiempo y el olvido hizo mella en aquella buena gente que vivió con júbilo durante
años aquel destierro, hasta que un
desafortunado viajero creyó reconocerlo en
una visita a la gran ciudad, pero fue tal el
azoramiento y conmoción que quedo sin habla, por lo que no pudo
descubrir la identidad de aquel transformado individuo.
Dicen que el pavor
en su rostro se acrecentaba cuando en determinadas
ocasiones visionaba la caja tonta y en
ella aparecían personajes que con más asiduidad iban copando el protagonismo
de esta,
y aunque intentaron por todos los medios que lo descubriera y delatara,
este desgraciadamente se llevó el secreto consigo, pues la noche del 20 de noviembre del 2011, cuando
cenaba plácidamente, un evento importante y televisado, disparo el ritmo
armonioso de aquel sufrido corazón, parándose al instante.
No volvieron ni se atrevieron más a hablar del suceso y más tras funesto desenlace, quedando la leyenda de “la oscuridad” entre nosotros, y aunque más de uno crea saber quién es o
intuya de quien se trata, posiblemente no lo sepamos jamás, pero eso sí, me da
que su aliento seco y frió nos abraza irremediablemente.
Tengan cuidado ahí fuera.....
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