No pretendo insultar ni menospreciar con esta frase al que con algo de inocencia o quizás esperanza deposito ese granito de ilusión dentro de unas urnas y que soñaba con un cambio que acelerara o iniciara esta tan ansiada recuperación que nos haga salir de este fino cable de funambulista por el que discurrimos últimamente, pero uno ya lo veía venir y no es que sea yo un clarividente, de esos que últimamente afloran por esos canales privados de TV, sino más bien algo reticente a las propuestas de estos señores que cultivan más el arte del egocentrismo y de la pamema, y a las pruebas me remito tras los pintorescos pactos que están llevando a cabo en distintos ayuntamientos y comunidades para gobernar, dejando la decencia y el deber al votante en la saca de los recuerdos, para sellar hermandades gobernativas que en símil religiosos sentaría a Lucifer como mano derecha de Dios, pero claro uno tiene que pensar que tal atropello moral a sus ideales tiene que ser por causa justificada, que uno quizás no alcanza a ver a corto plazo y que estos magos de la política sacaran de esa eminencia de cerebro chistera que la naturaleza otorga raramente a algunos especímenes diseñados para dirigir este cotarro social, ideas o proyectos mágicos que ebullicione este nuestro raquítico y desmirriado estado del bienestar…. Todo sea que tras estos descalabros a la lógica, no nos conviertan estos frikis de la política en el Cuarto proyecto de recuperación, del que no hay días ni noche ni corrillo de cuchicheo que no salga a la palestra el miedo a penetrar en tan opaco túnel, que desgraciadamente minaría nuestro futuro a corto y largo plazo.
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